jueves, 25 de octubre de 2012

ruta de senderismo: subida al Curavacas

Terminando con las escasas salidas que he hecho últimamente por las provincias vecinas, hoy cambio bastante de temática para describir el ascenso al punto culminante de Palencia, en el corazón de la montaña palentina.

Dificultad: 5
Orientabilidad: 3
Belleza: 4
Tiempo: 5 horas (10 kilómetros)



Situación.

Para acceder al punto de partida de la ruta, Vidrieros, buscaremos la localidad de Aguilar de Campoo. Desde aquí tomaremos la carretera regional que conduce a Cervera de Pisuerga. Llegados al lugar tomaremos la carretera que conduce al Parador Nacional, y desde allí continuaremos hasta que pasados 22 kilómetros llegamos a Triollo. Una pista lateral nos conduce en menos de 3 kilómetros a Vidrieros. Aparcaremos en la plaza, en la zona del bar y la iglesia de factura moderna.

Puntos de Interés


Parte del ascenso que transcurre junto al río. Vistas desde la cumbre.

Descripción de la Ruta


Desde la localidad de Vidrieros (1340 mts) se observa perfectamente el macizo del Pico Curavacas. Salimos de la plaza por la calle que va en dirección norte y enseguida tomamos un camino que discurre en dirección noroeste. Tras algo más de medio kilómetro cruzamos un río y justo después abandonamos el camino principal por otro que asciende hacia la derecha, junto al arroyo de Cabriles.





Tras otros quinientos metros de moderado ascenso por una zona más despejada pasamos un tramo por una zona más sombreada andando entre grandes piedra y al borde del arroyo. A continuación salimos a una zona de praderas que se extiende por otros quinientos metros. Al final de la misma cruzamos el arroyo y llegamos a un manantial.







Llegados a este punto (1600 metros) comienza el verdadero ascenso. Una pedrera domina el paisaje, al principio acompañada de escobas y luego sin ninguna vegetación. Intentaremos ir siguiendo la mejor opción entre las diferentes zigzageantes sendas trazadas entre la miríada de piedras. A nuestra espalda todo el valle que queda bajo nosotros, por el que discurre el río Carrión, y al fondo el inicio de la extensa meseta castellana.

Controlando el ascenso nos vamos internando en la canal de ascenso. Poco a poco la piedra suelta va dando paso a la roca de conglomerado. Hacia el kilómetro 4 vislumbramos una especie de collado, pero las sendas nos conducen algo más hacia la izquierda, hacia la parte más alta y abrupta de la canal. Superaremos los últimos metros con algo de dificultad hasta llegar a un hueco entre rocas.







Descendemos apenas unos metros hasta encontrar un fácil acceso hacia la izquierda hacia la parte superior y menos inclinada de la cumbre. Desde aquí ya podemos disfrutar de las grandiosas vistas de la zona norte. El valle alto del Carrión que culmina en el circo de Peña Prieta, ya hacia la izquierda. Más allá los puertos de Río Frío y tras él los Picos de Europa. También podemos ver otras sierras: Peña Sagra, Peña Labra, El Cordel….

El tramo final de ascensión, mucho más cómodo va unos metros en dirección oeste y unos pocos más hacia el sur, hasta llegar a la cúspide marcada por un vértice geodésico (2518 mts) y diferentes buzones montañeros. En los últimos metros habremos visto a nuestros pies el lago Curavacas y la pirámide que constituye el otro gigante palentino, el Espigüete.





El descenso se realiza por el mismo camino, si bien superado el primer tramo podremos aprovechar los canchales para disfrutar de un descenso más rápido y divertido, conservando un mínimo de precaución, hasta las cercanías del manantial anteriormente citado.

Comentarios


Se trata de una ruta dura (cerca de 1200 metros de desnivel) que se ve empeorada por el largo avance por la zona de piedra suelta. En todo caso no presenta especial dificultad técnica, guardando un mínimo de precaución, y las vistas desde la cumbre y el reto personal compensan el esfuerzo empleado.

2 comentarios:

  1. Entiendo que el ascenso no lo has hecho por la arista si no, por decirlo de alguna manera, por medio de la montaña...esa zona que cuando hiela acaba llevandose por delante a los montañeros

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  2. Sí. Iba con gente que ya había estado y en este caso simplemente me dejé guiar. Como bien sabes estas montañas no tienen nada que ver de subirlas en invierno o en verano. A mí los riesgos me parecieron muy controlados, salvo por ejemplo resbalones en el peor momento...

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