Aunque no cambiamos de provincia se trata de una excursión mucho más corta y reciente. El tiempo cubierto y parcialmente lluvioso le da un color especial a la catedral.
Accedemos al interior para contemplar las famosas vidrieras y hacerles alguna foto con mayor o menor fortuna.
El acceso a la catedral es gratuito, pero opcionalmente nos podemos apuntar a la visita que transita por la parte baja de las cristaleras.
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A partir de ahora las entradas del blog serán algo más espaciadas, aunque en principio habrá al menos una por semana.